Mi carta al amor que hubo una vez.

Saben, el amor es esa sensación de calidez que puede brindarte la otra persona, esa protección y seguridad que te regala por el simple motivo de amarte.

Cuanto extraño tus besos cálidos en mi piel, tus dedos tocando finamente mi piel, la conexión que existía en nosotros, el amor que destilabas cuando me mirabas, es difícil saber si aún en el punto que estamos me ames con la misma intensidad que te amo yo. Es difícil tener que acostumbrarse a la sombría compañía que hoy me ofreces, a mendigar el amor que antes me correspondía y ahora no sé si es mío.

Como pensar que me amas, si ya no me buscas, si cuando estás aquí es como si no estuvieses conmigo, donde esta habitación se siente tan grande cuando estamos juntos, donde tu corazón poco a poco está dejando de proporcionarle calor al mío.

Aceptar que hemos dejado de lado aquello que nos une, por seguir simplemente caminos diferentes, vidas distintas. Aceptar que al final quien se quedara en una esquina de esta enorme cama llorando seré yo, porque tú no lo harías.

Pero sería difícil realizarte estas preguntas porque la respuesta quizás ya la sepa, pero confirmarla desde tus labios no sé qué pasaría; ¿Aun me amas? ¿Qué cambio? ¿Por qué ya somos los mismos de antes?

Te extraño, quien eras justamente antes de llegar este maremoto de problemas y situaciones que nos han traído justamente aquí, donde solamente estoy yo escribiéndote para que sientas por un momento aquello que me haces sentir.

Extraño a quien me comía a besos cada vez que estábamos juntos, a quien su orgullo nunca dejaba que lo cegara y hacia lo imposible para que estemos bien, quién era cariñoso conmigo, juguetón y egocéntrico, a aquel hombre de quien me enamoré ciegamente y ahora cada vez más me abre los ojos como diciéndome que no debería dejarme cegar por nadie porque nadie cumple lo que en el comienzo promete y debería darme cuenta.

Me gustaría que por una vez me digas que todo cambiará para bien, que nos enfocaremos en eso que nos propusimos alguna vez, que el amor que era para mí sigue ahí intacto, que solo soy yo imaginando que no me amas. Porque nunca has dejado de hacerlo.